MITOS FELINOS PARTE I
Un platito con leche para el gato…
La imagen de un cachorro de gato dando lengüetazos a un fantástico tazón o plato con leche de vaca está más que arraigada en nuestra memoria. Sin embargo, por muy hambriento y desvalido que se encuentre y mucha alegría que sienta ante semejante “manjar” no es lo mejor para su salud.
La leche de vaca no puede reemplazar a la leche de la gata, puesto que sus composiciones son muy diferente. La leche de vaca, con respecto a la de gata:
- Es, comparativamente, el doble de diluida.
- Más pobre en proteínas.
- Más pobre en lípidos.
- Muy rica en lactosa.
Esto explica que si un gatito lo alimentamos exclusivamente con leche de vaca sufrirá rápidamente un importante retraso en su crecimiento a la par que padecerá alteraciones digestivas (diarreas, estreñimiento…).
A partir del mes de vida de un gatito ( es decir cuando se produce la transición desde la alimentación líquida la la sólida)la tasa de enzimas encargadas de degradar la lactosa (lactasas), disminuye de manera natural, con lo que su capacidad para digerir y procesar la lactosa se reduce. La lactosa que ya no se puede digerir fermentará en el colon y será el origen de los desórdenes digestivos e incluso alergias de tipo nutricional.
Por estos motivos, se desaconseja administrar leche de vaca a los gatitos, independientemente de su nivel de grasa (semidesnatada, desnatada o entera). En su lugar, es preferible elegir las leches maternizadas para gatos que se encuentran con facilidad en los comercios especializados.
Tampoco hay que olvidar que la leche, maternizada de gata o no, NO REEMPLAZA AL AGUA.
Los productos lácteos fermentados como yogurt natural o el queso blanco, son mejor tolerados por los gatos que la leche. Esto es debido a que la lactosa ya se encuentra predigerida por los fermentos lácteos empleados en su fabricación. Si a nuestro gato le gustan estos productos se han de administrar sin azúcar y reservarlos como una golosina que se ofrece de vez en cuando.
La leche y sus derivados están CONTRAINDICADOS en:
- gatos diabéticos
- gatos con patología renal
- gatos con cálculos urinarios
- gatos con trastornos de tipo digestivo
La duda que se plantea con cierta frecuencia es: “mi gato bebe casi todos los días leche de vaca y no le pasa nada”. Esto es cierto en algunos animales, sobre todo en aquellos que después del destete han continuado bebiendo leche de vaca, lo cual les ha permitido conservar una tasa de lactasa (recordad, la enzima que digiere la lactosa) suficiente como para que no surjan problemas. Si un gato no está habituado al consumo de leche de vaca es preferible no ofrecérsela ya que es más que probable que aparezcan problemas.
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