La ruidosa Navidad.
En estas fechas, tanto las celebraciones de Nochebuena como Nochevieja y Año Nuevo, solemos disfrutar de una lluvia de cohetes y petardos. Para nosotros supone un espectáculo o un divertimento, pero para algunas mascotas supone una noche de terror por los ruidos y el estruendo.
Por eso vamos a daros unas sencillas recomendaciones para evitar que nuestros perros y gatos más sensibles se vean afectados negativamente por una noche de festejos.
Son muchos los perros y gatos a los que los ruidos de los petardos, estruendos y los destellos de los fuegos artificiales les genera situaciones de angustia, ansiedad y miedo, cuando no alteraciones graves en la conducta. Ante estas situaciones que les genera altas tasas de estrés los animales intentarán escaparse de todo aquello que les genera miedo, aunque sea de su propia casa. Sin importarles si se lastiman en los esfuerzos por huir. Una vez fuera huyen sin prestar atención y pierden el sentido de la orientación.
Por ello, lo más importante será:
- encontrar un lugar donde nuestro animal se sienta seguro, lo mejor es una estancia que le resulte familiar.
- NUNCA ATADOS, porque al sentirse atrapados y sin escapatoria posible se desesperan aún más.
- Permitirles otro estímulo auditivo que les distraiga, como por ejemplo, dejar encendida la televisión o la radio. No es necesario un volumen estridente.
- Si el animal no está habituado a una estancia o aún no se siente seguro en ella, se le debe habituar a ella. Para lograr este objetivo podemos, durante los cinco días antes de la fecha en la que se prevén los ruidos, alojaremos al animal en esa habitación junto con objetos que le resulten familiares o juguetes (se recomiendan sobre todo los juguetes interactivos tipo “Kong”).
- Llevaremos a los animales a estas “habitaciones cómodas” dos o tres horas antes de que comiencen los ruidos.
- En animales particularmente nerviosos podemos emplear ciertos tipos de sedantes o ansiolíticos de uso veterinario que se administran previos al estímulo sonoro. Es importante no medicar al perro con ansiolíticos sin la adecuada supervisión veterinaria, ya que, algunos perros pueden mostrar una respuesta paradójica, de tal modo que en vez de mostrarse más calmados ante el ruido la respuesta es aún de mayor ansiedad.
Estas pautas no solo son válidas para los ruidos por cohetes y petardos, sino también para aquellos animales con miedo a las tormentas.
Algunos animales particularmente sensibilizados con los ruidos no responderán a estas pautas de manejo o lo harán débilmente, en tal caso sería recomendable iniciar un protocolo de desensibilización bien por el propio dueño convenientemente asesorado, bien por un adiestrador. Es decir, una reeducación de la mascota en la que será expuesto a estímulos sonoros débiles y, según se vaya adaptadon a ellos o dejando de mostrar una conducta de temor, se aumentará su intensidad hasta conseguir que la mascota deje de sentir miedo ante los ruidos. Esta reeducación supone semanas de trabajo, pero suele ser muy efectiva.
Esperamos que estas sencillas pautas puedan aportar algo de tranquilidad a todas nuestras nerviosas mascotas con pánico a los ruidos fuertes.
“Los sueños nunca desaparecen siempre que las personas no los abandonan. Desde el Centro Veterinario Las Platerías os deseamos una Feliz Navidad y que el próximo año podáis seguir luchando por aquello que os ilusiona y os hace soñar”.
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