¿Qué hago con este cachorro?
CACHORRITOS HUÉRFANOS: lactación
En algunas ocasiones, nos vemos obligados a atender a cachorritos (ya sea de perro o de gato) que han perdido la posibilidad de la lactancia materna y son demasiado jóvenes para un destete, aunque éste sea precoz.
Esto puede ser debido a múltiples causas:
- Camadas muy numerosas en las que la madre es incapaz de amamantar a toda la prole.
- Patología mamarias en la madre que impiden o limitan la lactación
- Muerte de la madre.
- Destetes prematuros en camadas no deseadas.
En cualquier caso, nos enfrentamos a un cachorro con un aparato digestivo inmaduro que va a necesitar de todo nuestro apoyo para sobrevivir.
En primer lugar tendremos que considerar que los cachorritos, ya sea de perro o de gato, no son capaces de termorregularse de forma adecuada. Por ello, es preciso aportarles un ambiente cálido, ya sea mediante mantas térmicas, bolsas de agua caliente, calefactores… con el fin de que sean capaces de mantener una buena temperatura corporal. Un cachorrito que se queda frío tiene pocas posibilidades de prosperar, entre otros motivos porque dejará de mamar.
SI SE QUEDAN FRÍOS NO MAMAN Y SI NO MAMAN SE QUEDAN FRÍOS!!!!!
De nada sirve darle el biberón a un cachorro hipotérmico, la leche se agriará en su digestivo, ya que las funciones vitales, entre ellas la de digestión y absorción de nutrientes, se encuentran gravemente deterioradas. Primero elevaremos su temperatura corporal y después le administraremos su biberón.
En segundo lugar, la alimentación. Aquí solemos caer en errores marcados por la tradición. La mejor leche que podemos administrar a nuestros cachorros es siempre la de su madre ( o en algunas ocasiones la de un animal nodriza). Si ello no es posible hay en el mercado muy buenos sustitos lácteos maternizados, tanto para perros como para gatos.
NO ES VÁLIDA LA LECHE DE VACA. Y no es por cuestiones de grasa o “fuerza”.
El problema con la leche de vaca es su alto contenido en lactosa, casi el doble que en la leche de perra o gata. Tales cantidades de lactosa, a las que no está acostumbrado el aparato digestivo del cachorro, son causantes de disbiosis intestinales y heces diarreicas. La cantidad de lactosa es la misma tanto en la leche de vaca entera como en la semidesnatada o la desnatada. Tampoco es válida la opción de “rebajar” la leche con agua, ya que en ese caso estamos empobreciendo la alimentación, disminuyendo en exceso el contenido calórico y causando graves deficiencias nutricionales (en calcio, vitaminas, proteínas, etc) que afectarán de manera importante el posterior crecimiento del cachorro.
En el caso de las leches maternizadas de humana la situación es similar a la planteada con la leche de vaca (por no decir que son productos más caros).
Lo mejor para nuestro huérfano es utilizar las leches maternizadas para perros o gatos, disponibles en cualquier tienda de mascotas o centro clínico veterinario. Tales productos se encuentran corregidos y formulados para las especies de las que son destino, impidiendo cuadros de malnutrición y favoreciendo un óptimo desarrollo de nuestra futura mascota.
La leche para perros o gatos se administrará en la concentración y forma marcada por cada casa comercial, teniendo en cuenta que nuestros cachorros maman cada 2 o 3 horas y que es importante simular el comportamiento materno de lamido. Es decir, tras la toma de su biberón, se masajeará el vientre del cachorro con un algodón o gasa humedecidos en agua tibia, con movimientos circulares. Este acto estimulará las funciones digestivas del animal, impidiendo los cuadros de estreñimiento. Su madre, en situaciones de crianza natural, lamerá intensamente a sus cachorros mientras éstos maman, con ello no solo los limpia, sino que estimula sus funciones digestivas (y también que hagan pis).
Otro dato a tener en cuenta es la elección del biberón. Éste será de acuerdo al tamaño de la boca de nuestro huérfano, perforando múltiples veces la tetina con una aguja o alfiler candente. Si la salida de leche por la tetina es excesiva podremos atragantar a nuestro cachorro y que parte de la leche pase a los pulmones, derivando el cuadro a una neumonía por aspiración (de mal pronóstico si no se atiende debidamente).
Es preferible el biberón a la administración de la leche con una jeringa!!! Con las jeringas es mucho más facil que nuestro cachorro trague más aire que leche y que además ésta pase a pulmón. Si la leche ha ido “por mal camino” notaremos que nuestro cachorro expulsa “pompas” de leche por la nariz, le cuesta respirar, se queja continuamente, se vuelve menos activo y deja de comer. Ante estos signos es primordial la visita al veterinario para atender el cuadro.
A veces, las leches maternizadas comerciales para nuestros cachorros, pueden causar cuadros de estreñimiento. En tal caso, el abdomen de los pequeños aparecerá abultado, duro, con molestias a la palpación y además pierden el apetito y se quejan (sienten dolor cólico). Es esta otra situación en la que hay que acudir al veterinario.
Y ante todo, mucho ánimo, la etapa de lactación es corta en nuestras mascotas caninas y felinas. En torno a los 30 a 35 días, podremos ir iniciando de manera progresiva el destete. Para ello lo mejor es emplear piensos adecuados, los denominados “starter” o fórmulas para cachorros, primeramente humedecidos con la misma leche maternizada para después permitirles el acceso al pienso seco. No olvidando que, desde que empiecen a tomar pienso, sea húmedo o no, ya deben disponer de agua limpia para beber a libre disposición.
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