La esperada vacuna frente a la leishmaniosis.

Son muchas las personas que vienen a nuestro centro preguntado por “la vacuna del mosquito”, o simplemente quieren que les vacunemos de lo del mosquito…
Bien, muchas veces esto se debe a la confusión que se produce entre la leishmaniasis y la filariosis, patologías ambas transmitidas por la picadura de un mosquito vector. Puede que ambas se transmitan de manera similar, pero no hay que confundirlas nunca, ya que la filariosis o “enfermedad del gusano del corazón” tiene tratamiento curativo eficaz así como un tratamiento preventivo encaminado a impedir la propagación de las larvas en sangre apenas han sido inoculadas por la picadura del vector. Sin embardo, en la leishmaniosis solo disponemos de productos repelentes de mosquitos (para impedir que el mosquito llegue a picar) y los tratamientos de los que se dispone actualmente, aunque recuperan clínicamente al perro son incapaces de lograr la “esterilidad del parásito”, y éste queda permanentemente infectado.

El desarrollo de una vacuna eficaz frente a la leishmaniosis canina sigue siendo un desafío. Tras décadas de investigaciones, la primera vacuna ha sido comercializada en Brasil, en donde existe una segunda vacuna en fase de registro. En Francia, además, existe otra vacuna en desarrollo.

Es posible que en un futuro podamos disponer de una vacuna eficaz para esta patología con carácter zoonósico y que afecta a 700 personas al año en el sur de Europa.

La dificultad para desarrollar una vacuna eficaz frente a la leishmaniosis es la misma que la que afecta al desarrollo de vacunas frente a otras infecciones parasitarias, como la malaria. Las razones que explican esta dificultad son:

- Las infecciones parasitarias tienden a ser crónicas, a diferencia de lo que sucede con las bacterias y los virus. Esto se debe a que los parásitos provocan respuestas inmunitarias ineficaces por parte del huesped, evitando con ello su eliminación y por tanto, prolongándose la infección en el tiempo.
- Los parásitos desarrollan estrategias para evadirse de la respuesta inmune.
- Los parásitos presentan ciclos biológicos mucho más complejos que los de bacterias y virus, con fases biológicas diferentes que complican aún más el desarrollo de una vacuna eficaz.



Por otro lado, el desarrollo de una vacuna ha de seguir varias fases:


- Estudios de fase I: encaminados a evaluar la seguridad y la capacidad de una vacuna para activar una respuesta inmune adecuada y correcta.
- Estudios de fase II: son los que evalúan la protección que es inducida por la vacuna ante una infección experimental.
- Estudios de fase III: evalúan la eficacia de la vacuna en condiciones naturales, son los llamados estudios de campo. Cuando una vacuna cumple estas tres fases puede ser registrada y comercializada.
- Estudios de fase IV: es la fase de farmacovigilancia, es decir, de seguimiento de la vacuna comercializada en sus condiciones de uso habitual.



Dentro de las vacunas que se han elaborado frente a la leishmaniosis canina se pueden dividir en tres grupos:

- De primera generación: constituidas por el parásito, ya sea muerto, vivo, atenuado o modificado.
- De segunda generación: se componen por proteínas, purificadas o recombinantes, del parásito.
- De tercera generación: elaboradas por vectores que contienen genes que codifican antígenos del parásito (son las llamadas vacunas de ADN)


Por el momento, dos vacunas frente a la leishmaniosis canina han sido capaces de obtener buenos resultados en los ensayos de fase III: Leishmune, registrada y comercializada en Brasil y que actualmente se encuentra en fase de registro en Europa, y LiESAp-MDP desarrollada en Francia. Este mismo año se ha registrado una segunda vacuna en Brasil, pero no existen datos publicados por el momento.


En cuanto a la vacuna Leishmune brasileña: está formada por fracciones purificadas de Leishmania Donovani (para que sea aprobada en Europa ha de demostrar su eficacia frente a infecciones experimentales frente a Leishmania infantum, así como pasar con éxito los estudios de campo en centros europeos). El grado de protección de esta vacuna es del 75%-80%, aunque recientes estudios evalúan su grado de protección alrededor del 100%. Un hecho a destacar en esta vacuna es su capacidad de bloquear la transmisión. Es decir, cuando el mosquito pica al perro inmunizado con este tipo de vacuna, los anticuerpos que ha generado el perro son ingeridos por el mosquito, de forma que se bloquea la reproducción de los parásitos en el vector y por tanto, incapacita al mosquito para transmitir la leishmaniosis. Por tanto, esta vacuna puede interrumpir el ciclo epidemiológico de leishmania.

La vacuna francesa se encuentra en fase III. En los ensayos clínicos, solo el 2,7% de los perros control desarrollaron signos de enfermedad y ningún perro vacunado enfermó. La eficacia de esta vacuna se tasa en torno al 90%

En España se está trabajando con vacunas de tercera generación, al ser vacunas de tecnología muy reciente, aún no han pasado de estudios en fase II en modelo de hámster, pero sus resultados son altamente prometedores.

Nota: Información obtenida de la publicación Argos número 101 (edición de septiembre de 2008)

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