TRANSMISIÓN DE LA LEISHMANIOSIS CANINA POR VÍAS NO HABITUALES.



La principal vía de transmisión de la leishmaniosis canina es, sin lugar a duda, la picadura a través del insecto vector flebótomo. Sin embargo, existen otras vías que, aunque poco habituales, pueden transmitir esta grave patología:


   - Transmisión venérea: es decir, durante la monta.


   - Transmisión vertical: es la transmisión desde la madre a sus fetos (uno o varios) durante la etapa de gestación.


   - Transmisión a través e transfusiones sanguíneas.


Recientemente, se ha publicado en “Parasitic Vectors” el caso de una perra de raza bóxer que dio positivo a anticuerpos contra Leishmania infantum (perrita que vive en la ciudad alemana de Dusseldorf y que nunca viajó a zonas endémicas) y que había parido en tres ocasiones. Uno de los cachorros de su última camada también dio positivo a Leishmania infantum.

En la región de origen de la perra no se han encontrado, hasta el momento, flebotomos transmisores, por lo que se sugiere que tanto el contagio de la perra como la de su cachorro se ha producido SIN la intervención de vectores, por lo que el criterio de los autores del estudio les marca la vía venérea para la transmisión a la madre y la vía vertical para la de su cachorro.




El hecho de que un perro padezca leishmaniosis es un motivo más que suficiente para desaconsejar la monta con perros afectados por la enfermedad, por la posibilidad de transmisión sexual. Del mismo modo, se desaconseja la cría por parte de perras con leishmaniosis dada la potencial capacidad de transmitir esta infección a su camada.

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