HOGAR CON VARIOS GATOS; UN DESAFÍO.








Los gatos son criaturas sociales, capaces de establecer relaciones con sus compañeros felinos.


De manera natural, los gatos forman grupos sociales formados fundamentalmente por gatas que están relacionadas entre sí (madres, abuelas, tías, sobrinas e hijas). Todas ellas viven en áreas comunes que les permiten proporcionar defensa a los gatitos de diferentes maneras:



  • Presencia física de adultos.

  • Lactancia comunal: las gatas amantan no solo a sus cachorros, sino también a los de sus compañeras.

  • La lactancia comunal permite compartir anticuerpos protectores frente a diversas patologías.


En estos grupos, los machos suelen quedar relegados a la periferia, normalmente es un único macho el que además suele fecundar a la mayoría de las hembras de ese territorio. Los otros machos son rechazados de manera decidida y contundente.




El tamaño de los grupos, en estado salvaje, depende de la disponibilidad de los recursos de la zona, fundamentalmente el alimento. Por este mismo motivo, la competencia entre individuos dentro del grupo por el acceso a estos recursos es innecesaria (ya que hay para todos). Sin embargo, para poder proteger dichos recursos frente a competidores, la hostilidad frente a gatos extraños es importante. Es por ello que el contacto con individuos no pertenecientes al grupo se limita al mínimo y explica por qué gran parte de la comunicación felina tiene como objeto mantener la distancia entre los individuos a través de todos los medios:



  • Olfativos: como las marcas de orina.

  • Visuales: lenguaje corporal.

  • Vocales

Entre los individuos del grupo las agresiones son poco frecuentes y las señales de agresividad se han diseñado para evitar el contacto físico todo lo posible.


La supervivencia felina es una cuestión SOLITARIA de gran prioridad. No es necesaria la cooperación entre individuos para mejorar el acceso a recursos vitales, por este motivo no es necesaria una estructura jerárquica dentro del grupo. Tampoco es necesario turnarse, por lo que los comportamientos de sumisión no tienen cabida en las interacciones gato-gato o gato-persona. Hay que apuntar otro dato relevante, como consecuencia de esta estructura social es IMPOSIBLE la difusión de un conflicto en el último minuto.


La difusión de un conflicto entre perros es algo característico. Hay una confrontación y el perro "perdedor" adopta unas posturas, gestos y actuaciones de sumisión total que aplacan la ira del dominante, deteniéndose la agresión. En los gatos, una vez que se supera el umbral de la confrontación física, SIEMPRE ACABARÁ EN UNA LESIÓN. Al mismo tiempo, como para la supervivencia no es necesaria la interacción social no hay instinto para restaurar la relación tras el conflicto, puesto que cuando hay una agresión entre felinos lo que se espera es que la víctima se vaya (no es que un gato sea rencoroso, es que ha tomado una decisión que entiende que es clara y acatada por todos).


Los gatos son INDEPENDIENTES. No son animales sociales obligados como sucede con las personas o los perros.




Ya sea por necesidad o por elección propia, los gatos son capaces de sobrevivir en soledad. Es decir, todos los gatos son capaces de sobrevivir en un vacío social. Pueden elegir la compañía, humana o felina, o dejarla, pudiendo la mayoría de los gatos adaptarse con facilidad a una existencia "single".




Aunque sean tan independientes, tienen ciertas necesidades sociales, que son diferentes en los distintos individuos de un colectivo. Habrá individuos con menor necesidad de contacto, por lo que vivirán en la periferia de los grupos sociales; y habrá otros gatos con necesidades sociales mayores que vivirán dentro del grupo (cabe suponer que estos individuos serán los mejor adaptados para un ambiente doméstico con personas).


Las necesidades sociales o interacciones felinas son de baja intensidad y frecuencia elevada (los gatos se conforman pasando por delante de un compañero, felino o persona, de manera regular; o simplemente emitiendo una señal vocal breve). Por el contrario, las personas somos de interacciones intensas y de baja frecuencia. El conflicto está servido por un simple problema de malentendido entre especies. Las personas pretendemos que el gato tenga interacciones de alta intensidad y baja frecuencia no solo con nosotros, sino también con los otros gatos con los que convive; mientras que nuestro gato desea justo lo contrario. Si en un grupo de gatos éstos están relacionados entre sí la interacción social se mantendrá sin conflictos, pero si no hay compatibilidad entre los individuos podemos obligar a los gatos a soportar una situación extremadamente estresante.


En los hogares con varios gatos hay un factor fundamental a tener en cuenta LA COMPATIBILIDAD SOCIAL. Que dos o más gatos vivan bajo el mismo techo no significa que pertenezcan a un mismo grupo social. No olvidemos tampoco que el grupo más sólido lo suelen formar los hermanos.




Cuando varios gatos se ven obligados a compartir el territorio hay unas necesidades fundamentales que debemos cubrir:



  • El acceso libre e inmediato a los recursos importantes cuando los necesiten: esto no solo supone la comida o la bebida, sino también las zonas de descanso, las bandejas sanitarias o el contacto con las personas.



  • Privacidad

  • La posibilidad de poder escapar, esconderse, ocultare o evitar una situación de estrés.

Estas necesidades tan esenciales para un gato no siempre se cumplen, obligando a los gatos que viven en hogares con otros gatos a soportar una situación de estrés crónico de bajo grado. Esta falta de armonía en la convivencia entre gatos se manifestará primero de manera sutil, como el descubrir que tenemos gatos que se evitan entre sí. Y puede que pase desapercibida para el propietario. Según transcurra el tiempo surgirán nuevos problemas como la micción inapropiada o las agresiones entre gatos. En otros casos, la tensión no se identifica hasta que aparecen los problemas médicos o problemas graves de comportamiento.

LA IMPORTANCIA DEL ACCESO LIBRE A LOS RECURSOS.




Los gatos NO COMPARTEN LOS RECURSOS importantes, ni siquiera entre los miembros de un mismo grupo social. Sin embargo, las personas esperamos que, en los hogares con varios gatos, éstos compartan áreas de descanso, comederos, bebederos, etc. Sin importarnos que la conducta social felina es más propia de compañeros casuales que de miembros de una misma familia.

El ALIMENTO es un recurso fundamental, vital, por ello cuando se están alimentando se suprimen los comportamientos hostiles. Nosotros creeremos que todo marcha bien puesto que los gatos comen juntos en aparente armonía, pero lo cierto es que solo es una situación transitoria en la que se suspende la hostilidad, pero una vez finalizada la comida las relaciones entre los gatos serán incluso más tensas.




Para saber si todo va realmente bien hay que prestar atención a la hora de poner la comida a nuestro colectivo de gatos. Seguramente, si nos fijamos, nunca se ven a todos los gatos presentes en la misma habitación, salvo a la hora de comer. Además, en el momento en el que se pone la comida en los platos, aunque todos los gatos estén presentes, no acuden todos al mismo comedero, sino que suele haber algún gato que parece reticente, como si no quisiera permanecer en ese lugar. Va y viene en los siguientes minutos para conseguir un acceso más libre al comedero.




Quizás lo que apreciemos sea que un gato se va de la zona de alimentación cuando llega otro, o no se marcha pero se separa de los cuencos y evita el contacto visual si el otro gato se acerca y come.


Estos signos a la hora de alimentarse no son los de un comportamiento jerárquico (en los perros el primero en comer es el perro dominante). Si no que se evitan para reducir el riesgo de una tensión que desemboque en agresiones física, la cual puede amenazar la supervivencia del individuo.

No hay que olvidar que, incluso en hogares con gatos que pertenecen a un mismo grupo social y la proximidad entre ellos sea bien tolerada, los gatos son comedores solitarios. El acto de comer no es una experiencia que les guste compartir en comuna. Prefieren comer solos, por lo que es importante que el número de zonas de alimentación sea suficiente para que los gatos puedan comer sin tener que soportar el contacto visual con otros gatos.




El AGUA. El agua es un recurso vital, pero no tanto como lo es la alimentación. No hay que olvidar que en condiciones naturales los gatos tienen poca motivación por beber puesto que la mayor parte de sus necesidades de agua procede del alimento. Sin embargo, en los hogares la alimentación seca demanda un mayor consumo de agua, lo que unido a su poca tendencia natural por beber junto con un conflicto a la hora de acceder a los bebederos que limite el acceso al agua (el gato prefiere no beber a verse metido en un conflicto con otro gato) puede llevar a situación patológicas de riesgo como la cistitis intersticial felina.




Para fomentar el consumo de agua y limitar las situaciones de conflicto es conveniente que haya varios puntos de suministro de agua. Otro dato importante, alejar el bebedero del comedero. Los gatos, en su comportamiento natural, evitar beber de los lugares próximos a donde abaten sus presas. Con ello reducen el riesgo de consumir un agua contaminada por heces, orina, sangre o vísceras del animal que acaban de matar.




Nosotros, en nuestra casa, para ahorrarnos trabajo, acumulamos comederos y bebederos en un punto donde no nos moleste. Un problema de logística que a nuestros gatos no les hace demasiada gracia.




Tampoco parece que tengamos en cuenta las características del propio bebedero. Hay que evitar bebederos que puedan teñir el agua, por lo que son preferibles los de metal, vidrio o cerámica antes que los de plástico. Además, deben de resultarles fáciles para beber y que puedan ver el mecanismo del agua cuando beben (los gatos silvestres evitan fuentes de agua que no sean claramente visibles para evitar riesgos. Por eso a los gatos les atrae más las aguas con sonido o en la que se ve la corriente).

Las BANDEJAS SANITARIAS. Una vez más, en los grupos con varios gatos, les obligamos a compartir las bandejas para orinar o defecar, algo que les resulta muy desagradable y que puede llevar a problemas de eliminación inapropiada. La falta de privacidad también es fundamental, por lo que puede ser favorable las bandejas sanitarias cubiertas. Aún así, hay gatos en los que las bandejas con tapa puede causarles inseguridad por miedo a peleas. Habrá que juzgar cada caso de manera individual.




En cualquier caso habrá que proporcionar un número de bandejas suficiente y ubicarlas en lugares distintos e "íntimos" para evitar conflictos.



El ACCESO A LOS ESPACIOS. El permitirles el acceso a lugares elevados reduce el estrés a la par que aumenta el gasto de energía. En una casa con conflicto entre gatos puede suceder que alguno de ellos no se mueva libremente, disminuye el ejercicio y favorece la obesidad. Por todo esto hay que proporcionarles un número elevado de lugares de descanso elevados, junto con estímulos para realizar ejercicio o actividades de juego.

ESCONDERSE. La falta de acceso a zonas de "retiro" provoca en los gatos la sensación de exposición, se sienten vulnerables, lo que agrava el estrés crónico y puede conducir a acicalamiento excesivo o el desarrollo de patologías como la antes mencionada cistitis idiopática felina.




Conclusiones.


  • Los gatos son animales sociales, pero su comportamiento es distinto al de las personas o al de los perros.

  • Viven de forma natural en grupos pequeños, con individuos emparentados entre sí, y evitan el contacto con otros felinos.

  • Les gusta comer y beber solos.

  • Necesitan intimidad a la hora de defecar u orinar.

  • Necesitan lugares donde esconderse y sentirse seguros.

Hay que tener en cuenta que, en un domicilio con varios gatos, podemos tener uno, dos o más grupos sociales que hay que respetar y favorecer, y que los grupos sociales no tienen por qué llevarse bien. Por ello los recursos esenciales han de ser suficientes para favorecer la coexistencia satisfactoria





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