Mi gato tiene artrosis?!




LA ARTROSIS EN EL GATO

También a los gatos los años les pasan factura. De hecho, se considera que un gato es “mayor” a partir de los 8 años.
Puede que sean animales muy activos y ágiles, pero eso no justifica que, con el transcurrir del tiempo acaben desarrollando problemas de tipo artrósico.

La artrosis es una enfermedad que produce la degeneración de las articulaciones, lo que provoca dolor y limitación en la movilidad.

Los gatos, a diferencia de los perros, no suelen cojear cuando padecen artrosis, con lo que para el propietario resulta más difícil el saber si su gato está sufriendo esta enfermedad o no.

¿Cómo puedo saber si mi gato padece artrosis?

Pues sobre todo, cuando se producen ciertos cambios en el comportamiento de nuestra mascota felina como:


- Juega menos que antes
- No sale tanto al patio como antes
- Cuando acude a su bandeja de deposiciones ensucia fuera de la caja.
- Duerme en lugares diferentes al habitual (ya no se sube tan alto).
- Es más perezoso, duerme más.
- Se mueve menos, es menos activo.
- Vacila cuando va a bajar de algún lugar o salta desde él.
- En vez de dar grandes brincos solo da pequeños saltos.
- Las uñas le crecen más de lo habitual (las desgasta menos, se engancha en las alfombras y textiles)
- Peor aspecto del pelo, se acicala menos.
- Pelo casposo, enmarañado, poco lustroso.
- Está más irritado, de peor humor, se enfada enseguida.
- Maúlla más que antes.
- No participa tanto en las actividades de la familia, se aísla más.

Estos signos pueden ser indicativos de que su gato padece algún tipo de dolor de origen artrósico.

¿Qué puede hacer el propietario para mejorar la calidad de vida de su gato?

- Mantener los niveles de actividad: a los gatos les gusta trepar y ocultarse. Por eso, se pueden colocar cajas de cartón con “puertas” del tamaño del gato, el lugares de fácil acceso para el gato. Para atraerlo a su interior puede colocar un relleno mullido y confortable en su interior o colocar algo de alimento.
- Mantener el juego: es importante incitarlo a jugar para mantenerle activo y alerta. Un buen nivel de ejercicio retrasa el deterioro articular.
- Facilitar el acceso a la comida: colocar el comedero en un lugar en el que el gato se sienta “seguro” y alejado de la bandeja sanitaria. El acceso ha de ser fácil, sin que tenga que saltar.
- Facilitar el acceso al agua: a los gatos les gusta que el agua de bebida esté alejada del alimento. También les gusta los recipientes “planos” en vez de profundos. Si el agua se aleja del alimeno obligamos además a que el gato camine y sea más activo.
- Facilitar el acceso a la caja sanitaria: la bandeja sanitaria ha de colocarse en lugares “íntimos”, lejos de zonas de paso. Los laterales serán bajos para que un gato con problemas de movilidad pueda acceder fácilmente.
- Vigilar su peso: si un gato tiene problemas articulares el exceso de peso supone una “carga adicional”, lo que dificulta aún más la movilidad e incrementa la sensación dolorosa. Es importante que un gato obeso pierda peso.
- Mejorar el aseo: ya que al gato le puede resultar molesto el acceder a ciertas zonas de su anatomía, deberemos ayudarle con un buen cepillado. Prestaremos atención a las zonas más doloridas, para no causarle dolor al pasar el cepillo o al sujetarle.

- El uso de alimentos específicos para cuadros artrósicos: ya existen en el mercado piensos elaborados para atender las necesidades de un gato con deterioro de sus articulaciones. Son alimentos que incorporan en su fórmula complementos nutricionales con:

- efectos antiinflamatorios

- previenen el sobrepeso

- fortalecen el sistema inmune

- evitan los efectos asociados al envejecimiento


Complementaremos esta información nutricional con el siguiente post.

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