Mitos: ¿las perras o las gatas deben gestar al menos una vez en la vida?


Son muchas las personas que piensan, y nos preguntan, acerca de si es importante que su perra o gata tenga al menos una camada en su vida. Unos piensan que es para completar su desarrollo físico, otros creen que es por su correcto equilibrio emocional, otros es solo porque se lo han aconsejado…

Lo cierto, es que se desconoce el origen de este mito, porque no existen evidencias científicas de que sea cierto.

En primer lugar, una hembra no necesita la gestación para completar su desarrollo físico. Ninguno de sus órganos vitales funcionará mejor porque se quede preñada. No existe una “madurez” orgánica por influjo de la gestación, todo su cuerpo funcionará de la misma manera tanto si gesta como si no. Bien al contrario, una hembra que gesta prematuramente puede ver comprometido su desarrollo corporal.

Lo mismo sucede en lo que se refiere a su desarrollo emocional o intelectual. Una hembra que haya gestado no será ni más equilibrada, ni menos nerviosa, ni más inteligente que una que nunca haya parido. Solemos escuchar comentarios como: “Desde que ha parido está más tranquila”. Tal cambio no es debido a la gestación, sino a la madurez que sucede de forma inevitable con el transcurso del tiempo.

La gestación no mejora el estado de salud de ninguna hembra, el desarrollo de tumores mamarios, uterinos u ováricos, es independiente del número de gestaciones. Éstos procesos tienen una clara relación con las hormonas sexuales, y éstas se encuentran tanto en la hembra que ha gestado como en la que no. Es decir, una perra o gata padecerá de tales patologías con la misma probabilidad tanto si es multípara como nulípara. Aún más, el propio cruce puede dar lugar a la aparición de enfermedades de transmisión sexual, y el propio parto puede suceder de manera anómala (parto distócico) conllevando cierto riesgo para la madre y su camada.
La mejor manera de evitar que nuestra hembra padezca en un futuro procesos como los tumores ováricos, uterinos o mamarios, e incluso las piómetras, es realizando la castración temprana (antes del año de vida). De esta forma, al retirar las hormonas sexuales, eliminamos la principal causa de tales patologías.


Mucha gente se pregunta: Bueno, si no es necesario cruzarlos, ¿por qué los animales de compañía desarrollan a menudo de comportamientos sexuales con objetos o personas? Como por ejemplo, “montar” un muñeco, un cojín o lo que es más bochornoso, la pierna de un invitado.
Este tipo de conducta no tiene únicamente un fin sexual, sino que es una expresión de dominancia hacia el objeto elegido. Es un comportamiento normal, que aunque se suele acentuar en la etapa del celo en el caso de las hembras, o cuando existe una hembra en celo cerca, en el de los machos, no tiene obligatoriamente una finalidad reproductiva, sino como se ha mencionado ya, de dominancia.

Otro aspecto a tener en cuenta a la hora de planificar una monta son: los cachorros.
- en primer lugar, las camadas suelen ser numerosas, sobre todo en razas grandes, y hay que hacerse cargo de todas ellas.
- Los cachorros pueden no conseguir un buen hogar, o acabar abandonados tras pasar de mano en mano (por acogidas de compromiso)

No hay que olvidar que con la gestación se adquiere una responsabilidad con la camada nacida.

Por todos estos motivos, la decisión de tener una camada, o no, de nuestra perra o gata, será por decisión tomada libremente, no porque nuestra mascota lo necesite.

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